Piedras playeras . . .

. . .  que no piedras de río. :-)

No tengo nada en contra de las piedras de río que encierran también un camino rodado infinito. 

De hecho cada piedra del mundo es diferente al resto de sus congéneres y cada una guarda una historia y un camino singular. 

Hay piedras de río, de montaña, guijarros, rocas puntiagudas, cantos rodados. Las hay jóvenes, ancianas, hermanas. . . pero las que más me gustan, sin duda alguna,  son las piedras de playa, esas... esas son mis preferidas! Esas que descubres cuando paseas por la orilla del mar. Algunas hay que desenterrarlas de entre la arena y otras se muestran límpidas sobre la espuma del último suspiro de ola . . . 

Mi estudio está lleno de piedras que acumulo porque cada una tiene algo diferente, cada una tiene algo especial, el color, la forma, la textura...







































Las 2 de abajo no son obras mías, son retratos by Aner.



Y otras son el retrato familiar by Julen. Yo soy la del pelo rosa y azul, arriba a la derecha ;-) 




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